miércoles, 29 de junio de 2011

El deseo [XII]

Apoyaba sus manos sobre su escritorio, atestado de papeles, informes y información que no le llevaba a ningún sitio. Frustración en su corazón, también en su rostro, y no podía ocultarlo de ninguna manera.

La redada y el desalojo de aquel local de corrupción había sido contraproducente. Coartadas sólidas, todo en su lugar. Los permisos debidamente manejados, seguramente con alguna jugada para beneficio del falsificador.

Benjamin Harvey comenzaba a ver enemigos en cada esquina, en cada lugar de su oficina. Cada mirada era malintencionada, todos maniobraban sus pesquisas para escapar de la atenta mirada que esperaba para cazarlos a todos por corruptos y tratantes de la mala vida

"Todos callan como esas prostitutas del antro que desmantelamos ayer, y ni rastro del arma que se llevó a Thomas..."

Apretaba los puños, reprimiendo un golpe. Paseaba como una bestia enjaulada. No veía la hora de tener al asesino en una sala debidamente insonorizada, para obrar allí su propia justicia, tal como aquel monstruo había hecho con su familia

"Las ratas se ocultan a la luz del día... tal vez haya que buscar en las mismas alcantarillas para hacerlas salir"

Sonrisas de satisfacción y una nueva pero oscura esperanza comenzaban a aflorar

viernes, 17 de junio de 2011

Sueños

Silencio y espera. No nos queda otra que mantenernos firmes, quietos, esperando nuestra oportunidad. Todos impacientes, esperando a que caiga la última defensa. Atacamos cuando, por fin, la conciencia duerme. Y es entonces cuando comenzamos a dibujar en un espacio vacío. El sueño nos permite volar.

Creamos con lo que nos permite conocer el día. Ante demasiados pensamientos y acontecimientos, nuestra pintura se convierte en caos, y el durmiente tiembla de miedo. En el sueño relajado, sonrisas incoscientes afloran en los labios

Neutrales, no queremos ningún mal. Solo necesitamos exteriorizar el instinto creador. Y liberamos lo que realmente se esconde en el alma y en el corazón. A veces, cosas terribles. Demasiado para que permanezcan dentro.
Abrimos la jaula y después, con la luz del alba, volvemos a refugiarnos
A la espera de que vuelvan para soñar

lunes, 6 de junio de 2011

Duerme

Despierto a la noche, todavía sin abrir los ojos. Escucho una respiración a mi lado. Tranquila, serena. Como su rostro.
A la luz de la luna, la mitad queda en la sombra
Y se pasa el tiempo, sin poder contarlo, mientras la miro dormir. Sus manos apenas se mueven, salvo en acto incosciente cuando abraza mi cintura. Es increíble la velocidad con la que se me abraza mientras sueña. Siempre sabe encontrar un lugar en mi hombro

Suspira, relajada, cuando termina de acomodarse, recibiendo mi abrazo con la más dulce de las sonrisas